Hay una pregunta que muchas personas se están haciendo, ¿qué engorda más, la cerveza o el vino? Parece que es algo fácil de responder, ya que bastaría con contar las calorías de la cerveza y las del vino y ver cuál de las dos bebidas tiene menos. Con todo, no resulta tan sencillo. Por ello, te lo explicamos en profundidad.
Ya en nuestro blog, todo lo que debes saber sobre si la cerveza o el vino engordan Clic para tuitearLas calorías de la cerveza y del vino
Lo primero que comprobamos al medir estas cifras es que ninguna de las dos es tan elevada. De hecho, andan bastante cerca. 100 ml de cerveza rondan las 50 calorías. En el caso del vino, son 70 calorías.
Para que te hagas una idea, una copa de vino la puedes metabolizar con media hora de paseo o con apenas doce minutos corriendo. Por tanto, no engorda tanto como, por ejemplo, un bollo industrial de chocolate, manteniéndose dentro de la franja calórica estandarizada.
Ahora bien, si eres aficionado a la cerveza te costará beber solo 100 ml. Con el vino sucede algo similar. En consecuencia, se puede decir que una caña y una copa de vino, al final, se equiparan en lo que a índice calórico se refiere.
Sin embargo, un detalle que conviene aclarar en este punto es qué tipo de calorías son las de cada bebida. Y es que no es lo mismo (por poner un ejemplo) las calorías que ingerimos al comer una ensalada que al comer un plato de comida rápida. Las primeras se quemarán mucho antes y, a su vez, nos aportarán más nutrientes. Las segundas, por su parte, estarán vacías y serán mucho más complicadas de quemar.
En el caso de la cerveza, como en el vino, nos encontramos con dos bebidas alcohólicas que, a diferencia de otros tipos de licor, están cargadas de nutrientes y de elementos antioxidantes. Por tanto, no se trata directamente de calorías vacías.
En el caso de la cerveza, esta tiene muchos más hidratos, por lo que resulta idónea para recargar energías. El vino está más relacionado con los micronutrientes que con los macronutrientes. Esto quiere decir que es un complemento excelente, pero que no ofrece una alternativa alimenticia tan sólida como sí que es capaz de ofrecer la cerveza.
¿En conclusión? Las calorías del vino y de la cerveza son similares. Ahora bien, dada su composición, el vino puede ser una bebida excelente para acompañar las comidas, mientras que la cerveza funciona más bien como una bebida para tomar aparte.
Si se tomara con comida, la cerveza sí que contribuiría a engordar, algo que el vino no haría de una forma tan directa. Principalmente porque consumir cerveza con comida produce una redundancia de calorías y de hidratos.
¿Te preocupan las calorías de la cerveza? Te explicamos cómo solucionarlo Clic para tuitear¿De qué acompañamos la cerveza y el vino?
Esta es una pregunta relevante. Más arriba ya apuntábamos un poco la orientación desde la que debes plantear esta cuestión. Generalmente la cerveza tiene más que ver con el picoteo, con los amigos, las reuniones y con las tapas. El vino, en cambio, está ligado a las comidas o a las cenas (aunque es una generalización, viene bien para que veamos la importancia de cómo acompañar cada bebida).
El vino, nutricionalmente, viene bien como acompañante. No deja de ser fruta fermentada. Por tanto, aporta pequeños micronutrientes y antioxidantes necesarios para el cuerpo humano. Esto hace que una o dos copas en la cena o en la comida, sean muy provechosas para el organismo. No constituirán calorías vacías.
¿Qué pasa con la cerveza? Que, por regla general, se acompaña de hidratos o de frituras. Y, como hemos visto, la cerveza es precisamente en su gran mayoría hidratos de carbono. ¿Qué sucede entonces? Que en este caso sí que engorda, y lo hace de una forma vacía, ya que el cuerpo no requiere tantos hidratos y los acumulará directamente en forma de grasa en el cuerpo.
Tomar cerveza de otra forma
En este caso vemos que la cerveza sí que engorda. ¿De qué manera se puede solucionar esto? ¿Dejando de beber cerveza? No necesariamente, lo mejor es cambiar el patrón alimenticio.
Una cerveza sola se puede tomar sin ningún problema. Una cerveza al día que no estás acompañando de hidratos no te va a engordar, dado que está aportando ella misma esos hidratos. Por ejemplo, después del trabajo para cargar energía o antes de la comida. El inconveniente radica cuando se pica.
¿Y si se quiere tomar con la comida? Complementa esa cerveza con un poco de carne o pescado y algunas verduras. Una ensalada de pollo, pescado al horno con verduras u otro tipo de plato que aporte fibra y proteínas a tu cuerpo constituye el mejor acompañamiento.
Además, los snacks saludables son una muy buena opción para acompañar tu cerveza. De esta forma, sucederá lo mismo con el vino que con la cerveza, que pasarán a complementar algunas necesidades alimenticias. Ya no serán calorías vacías y desempeñarán una función interesante para tu organismo.
¿Qué engorda más, la cerveza o el vino? Descúbrelo aquí Clic para tuitear¿Se puede entonces decir que la cerveza engorda?
No directamente. Como hemos visto, va a depender de qué la acompañes, de cómo la complementes y, cómo no, del resto de tu dieta. Cada día se conocen más estudios en los que se apunta hacia una misma verdad: la cerveza puede ser tremendamente saludable para el organismo. Siempre y cuando la tomes con moderación.
Y es que otro punto importante está en el límite de cañas o de copas de vino que vayas a tomar. Lo ideal siempre es no pasarse de dos, prevendrás que te engorde y, de paso, que se te suba a la cabeza.
Como ves, puedes beber cerveza con absoluta libertad y moderación siempre y cuando no la acompañes de fritos o de las tapas del bar. Por ella misma es buena, el problema está, en todo caso, en sus acompañamientos más habituales.
Contar las calorías de la cerveza no te sirve de nada. Realmente lo prioritario es controlar el número de cañas que te tomas y de qué las acompañas. Por tanto, nuestro consejo es que las calorías no te priven de disfrutar, porque siempre se puede hallar la manera correcta de hacerlo. ¿Has tomado buena nota?