Es fácil que te encuentres con lo que conocemos como vino picado. Se trata de un indicador de primer orden de que no debe consumirse, por lo que tendrás que desechar la botella inmediatamente. El mundo del vino posee tantos matices como la propia bebida, pero esta no está exenta de errores e imperfecciones que pueden surgir en varios momentos.
¿Qué ocurre para que un vino acabe picado?
De entre todos los problemas que el vino puede sufrir, el que acabe picado es uno de los más comunes. Las bacterias acéticas, las que pertenecen al género Acetobacter, son las que están detrás de este defecto. Este consiste en un sabor extraño en el vino, el cual tiende a ser agrio o demasiado ácido. Esto hace que no deba consumirse.
El defecto consiste en un proceso de oxidación a raíz del crecimiento de las bacterias acéticas. Estas necesitan oxígeno para vivir y prosperar. Además, el vino les provee de todo el alimento que necesitan, ya que se nutren del etanol presente y lo convierten en ácido acético. Este no es más que los desechos que dejan las bacterias a lo largo de su ciclo vital.
Es un proceso que requiere de tiempo para desarrollarse. Puedes encontrar que un vino posee un ligero toque avinagrado y desagradable, ya que las bacterias aún no se han desarrollado por completo; o un sabor totalmente avinagrado debido a que estos organismos microscópicos han tomado toda la botella.
En resumen, si no se controla la exposición al oxígeno del vino cabe la posibilidad de que las bacterias, las cuales pueden estar presentes en el corcho, inicien su ciclo vital y acaben por arruinar meses o incluso años de esfuerzo, dedicación y trabajo duro.
Consejos para detectar un vino agrio
Por suerte, no es imposible conocer cuándo un vino se ha pico antes de probarlo, algo que te evitará más de un sobresalto. He aquí diez consejos para conocer el estado del vino.
1. Revisa el estado de la botella
Como ya se dijo, es necesario controlar la exposición del vino frente al oxígeno. La botella ofrecerá pistas en las que deberás fijarte para no caer en sospechas infundadas. El corcho deberá ser tu centro de atención en este caso, ya que es el único punto de contacto posible entre el vino y el exterior sin llegar a romper la botella. Si se encuentra en mal estado, sobresale demasiado o la cápsula que lo recubre está abombada, estarás ante señales muy claras de que el aire se ha introducido en la botella y puede que el contenido llegue a estar picado.
2. Recurrir al olfato
Si no se han encontrado desperfectos visibles en el corcho o la cápsula, pero aun así sospechas que estás frente a un vino agrio, el olfato te ayudará a salir de dudas. En caso de estar picado, el olor no será agradable, sino que se parecerá al de la manzana podrida con toques de acetona y será un olor fuerte. Sin embargo, puede que solo sea un ligero toque rancio, el cual se disipa removiendo la copa y dejando reposar el vino.
3. La añada
Muchos son los vinos que adquieren sus virtudes tras un largo proceso de envejecimiento. Sin embargo, durante ese tiempo puede llegar a darse un filtrado de aire en el interior de la botella. Los vinos jóvenes son más susceptibles a este problema, ya que si han pasado más de cuatro años embotellados es muy probable que estén picados.
4. El color
Si notas que el tono no es tan brillante y vivo como en otros vinos, si presenta un velo superficial o la superficie no produce reflejos, es probable que estés frente a un vino que se ha picado. Además, si el tono es parduzco o con toques inusualmente naranja, el vino, estará definitivamente agriado.
5. El establecimiento no está especializado
Hoy en día las vinotecas han proliferado como las setas lo hacen en el otoño, pero es una auténtica rara avis aquella en la que se tiene un conocimiento profundo del vino. Si en uno de estos establecimientos ves que el tapón de los vinos sobresale o las botellas no están bien cuidadas, es muy probable que el vino ya esté picado.
6. Conservación a alta temperatura
Las altas temperaturas fomentan el crecimiento de la mayoría de las bacterias. Si el vino no se conserva a baja temperatura, es probable que llegue a picarse. Ten cuidado en los locales donde lo sirvan a una temperatura inusualmente alta.
7. Nivel del líquido anormalmente bajo
Lo normal es que en una botella sin estrenar el vino y el corcho estén separados por un dedo de distancia. En caso de que te sea servida una botella nueva con un nivel de líquido más bajo de lo normal, puede que estés ante un defecto de fabricación y un vino ácido.
8. El estado de la etiqueta
Una etiqueta en buen estado es sinónimo de un vino bien cuidado. Sin embargo, en caso de encontrarte frente a una botella con una etiqueta desgastada o enmohecida estarás ante indicadores de que la humedad ha sido alta y esta será una pista de que el vino se ha picado.
9. Sometido a vibraciones
Este es un caso extremo, pero si durante algún momento de la conservación se le somete a constantes vibraciones o movimiento continuado en algún momento el aire acabará entrando en la botella y esto llegará a picar el vino con el tiempo.
10. Probarlo
Si pese a todo lo anterior aún albergas dudas del estado del vino, probándolo saldrás de todas ellas y detectarás sin posibilidad de error el estado de la bebida. Además, no debes temer ningún problema de salud tras degustarlo, ya que las bacterias no afectan al ser humano.
Uno de los defectos del vino más comunes
Un vino picado puede detectarse con relativa facilidad y evitar, de esta manera, un trago más que amargo. Con estos consejos podrás reconocer este problema sin llegar a probar el vino, aunque siempre es una manera óptima de salir de cualquier duda que albergues en cuanto a defectos del vino.